ÉRAMOS TAN LIBRES: EVOCACIÓN
Y GENEALOGÍA DE LA DÉCADA BEATLE
Y GENEALOGÍA DE LA DÉCADA BEATLE
[...]
En su recuento de
las sesiones de Sgt. Pepper, Goldman subraya que, en comparación con los
estudios americanos de la época, los Abbey Road eran muy primitivos, y los
Beatles unos ilusos por soportar tales limitaciones y no seguir a los Rolling
Stones a Los Ángeles y conseguir los mismos efectos con la mitad de problemas.
De hecho, a menudo los Beatles se sentían frustrados por el rígido régimen de
estudio de la EMI y su obtusa negativa a acceder a la mesa de ocho pistas
(McCartney ha revelado recientemente que el grupo pensó brevemente en grabar en
America en 1966, pero descubrió que las cláusulas contractuales de EMI hacían
que esta opción fuese prohibitivamente cara). No obstante, aparte de la
familiaridad y la comodidad de acceso, Abbey Road ofrecía un sonido muy
particular, por no hablar de una aura de excentricidad inglesa que da color (y
seguramente forja el carácter) a la mejor obra de los Beatles.
Pese a las
limitaciones, McCartney recuerda el estudio con mucho cariño: "Abbey Road
era un lugar a donde nos encantaba ir" (Q, junio de 1997). Por muy
molestas que fueran las restricciones, el hecho de que el grupo tuviera que
trabajar en el estudio de la EMI en Londres incentivó probablemente su
creatividad más que una fácil abundancia de medios en un clima extraño. Si los
Beatles hubieran grabado en California entre 1966 y 1969, con o sin George
Martin y Geoff Emerick, la naturaleza y evolución de sus vidas y su música
habría sido, sin lugar a dudas, fundamentalmente diferente. Las especulaciones
sobre esta idea de "universo paralelo" son potencialmente ilimitadas,
pero algo comparable les sucedió, a la inversa, a los Kinks. Incluidos en la
lista negra de la Federación Americana de Músicos por su salvaje comportamiento
durante una gira americana en verano de 1965, no pudieron volver a tocar allí
hasta 1969.
El consiguiente aislamiento de la influencia americana, los alejó de los riffs con base de blues de su primer material, llevándolos a la decidida anglicidad de su periodo más creativo. Una vez terminado el exilio, la música de los Kinks regresó casi inmediatamente a su idioma transantlántico original. Por ejemplo, la canción Victoria (del álbum Arthur, Or The Decline And Fall Of The British Empire) conserva una letra incongruentemente "inglesa", cuando está basada musicalmente en la banda americana de blues Canned Heat. En este momento, la era de clásicos del grupo se terminó de la noche a la mañana.
El consiguiente aislamiento de la influencia americana, los alejó de los riffs con base de blues de su primer material, llevándolos a la decidida anglicidad de su periodo más creativo. Una vez terminado el exilio, la música de los Kinks regresó casi inmediatamente a su idioma transantlántico original. Por ejemplo, la canción Victoria (del álbum Arthur, Or The Decline And Fall Of The British Empire) conserva una letra incongruentemente "inglesa", cuando está basada musicalmente en la banda americana de blues Canned Heat. En este momento, la era de clásicos del grupo se terminó de la noche a la mañana.

En los días siguientes
a la muerte de Lennon, durante los cuales sus seguidores celebraron vigilias en
su honor por todo el mundo, algunos comentaristas sugirieron que, con este
acontecimiento, los años sesenta habían tocado a su fin. La tragedia también
destrozó el sueño de McCartney de volver a escribir canciones con su antiguo
compañero. No era una ambición nostálgica. A finales de los años setenta se
había dado cuenta de que, pese a ser todavía capaz de vender millones de
discos, era una sombra de la fuerza creativa que había representado como mitad
de la sociedad Lennon-McCartney.
Durante los años ochenta intentó colaborar con Eric Stewart, de 10cc, y Elvis Costello, pero comparados con John Lennon no eran más que pececillos incapaces de inspirar a un artista que había compartido el peso creativo de We Can Work It Out y A Day In The Life. Harrison y Starr continuaban por entonces sus respectivas carreras a un nivel diletante. Por separado, los miembros del grupo de pop con más talento de la historia había caido rápidamente en algo muy parecido a la mediocridad.
¿Por qué?. La historia de los Beatles posterior a los Beatles es, en conjunto, poco edificante. Los cuatro grabaron álbumes en solitario - más de sesenta, hasta el momento -pero ninguno de ellos consiguió aproximarse remotamente a la calidad de la obra de los Beatles. Reflejo de esta triste historia, sus relaciones fueron durante largos periodos distantes y marcadas por el resentimiento. [...] Por separado, los miembros del grupo de pop con más talento de la historia habían caído rápidamente en algo muy parecido a la mediocridad. ¿Por qué?
Durante los años ochenta intentó colaborar con Eric Stewart, de 10cc, y Elvis Costello, pero comparados con John Lennon no eran más que pececillos incapaces de inspirar a un artista que había compartido el peso creativo de We Can Work It Out y A Day In The Life. Harrison y Starr continuaban por entonces sus respectivas carreras a un nivel diletante. Por separado, los miembros del grupo de pop con más talento de la historia había caido rápidamente en algo muy parecido a la mediocridad.
¿Por qué?. La historia de los Beatles posterior a los Beatles es, en conjunto, poco edificante. Los cuatro grabaron álbumes en solitario - más de sesenta, hasta el momento -pero ninguno de ellos consiguió aproximarse remotamente a la calidad de la obra de los Beatles. Reflejo de esta triste historia, sus relaciones fueron durante largos periodos distantes y marcadas por el resentimiento. [...] Por separado, los miembros del grupo de pop con más talento de la historia habían caído rápidamente en algo muy parecido a la mediocridad. ¿Por qué?

La edad es una de las razones. El pop/rock es esencialmente
la música de gente joven, y al llegar a los treinta años y crear un hogar, lo
normal es que un grupo sea incapaz de sostener una mentalidad de banda. Hay que
sustituirla por algo nuevo, cambiar a otros objetivos: management, producción,
televisión, interpretación (en el caso de Harrison, jardinería); o una carrera
en solitario basada en una música más introspéctiva que encaje con la creciente
madurez, suponiendo que ésta exista.
Cuando, en las entrevistas entre 1983 y 1996, McCartney recordaba, entre incrédulo y divertido, la vertiginosa velocidad de la carrera de los Beatles, lo hacía desde la perspectiva de un padre de familia para quien una energía tan monomaníaca sólo puede ser prerrogativa de la loca juventud. Al final, los Beatles se hicieron mayores y se asentaron. Aunque tanto McCartney como Harrison y Starr se aventuraron a salir de gira a principios de los años noventa, ellos mismos hubieran reconocido que, para entonces, hacía ya tiempo que habían perdido la energía adolescente de la que depende la música pop.
Cuando, en las entrevistas entre 1983 y 1996, McCartney recordaba, entre incrédulo y divertido, la vertiginosa velocidad de la carrera de los Beatles, lo hacía desde la perspectiva de un padre de familia para quien una energía tan monomaníaca sólo puede ser prerrogativa de la loca juventud. Al final, los Beatles se hicieron mayores y se asentaron. Aunque tanto McCartney como Harrison y Starr se aventuraron a salir de gira a principios de los años noventa, ellos mismos hubieran reconocido que, para entonces, hacía ya tiempo que habían perdido la energía adolescente de la que depende la música pop.
Si el tiempo pasó factura a los Beatles en el aspecto
personal, también cayeron victimas del tiempo a un nivel más universal. A su
manera, autodesprestigiadora e involuntaria, habían hecho y habían cambiado la
historia; pero la historia, siempre indiferente, siguió su curso, dejándolos
atrás. A medida que avanzaban los años setenta, los apolíticos Beatles
perdieron relevancia y, con la llegada de los años ochenta, la prensa pop
empezó a considerarlos piezas de museo. Sólo el revival psicodélico que tuvo
lugar en la cultura pop a finales de los ochenta hizo que los discos de los
Beatles empezaran a significar emocionalmente algo para sus jóvenes
descendientes.

Pero los Beatles no fueron en ningún aspecto un fenómeno
ordinario. Muchos han hablado de la atmósfera carismática que se activaba
cuando los cuatro estaban juntos, una disposición de grupo que los mantuvo
unidos a lo largo de dieciocho meses de luchas interiores, durante los cuales grabaron
más de cincuenta temas y en los que continuaron funcionando, si bien menos
informados que antes, como una antena psíquica mediante la cual mantenian el
contacto con las corrientes cambiantes del sentimiento popular. La sensibilidad
respecto a su contexto cultura, que permitió a los Beatles rehacer su carrera
en 1966, sólo ha sido superada por David Bowie en el mundo del pop, y en sus
idiomas respectivos por Stravinsky, Picasso y Miles Davis.
El corazón de
los Beatles era un factor X: una conexión casi telepática que proporcionaba
apoyo a domicilio, competencia amistosa, y el refugio de una visión vital
común.
[...]
Archivo: fragmento de "REVOLUTION IN THE HEAD: THE BEATLES RECORDS & THE SIXTIES" publicaso en 1994 por Ian MacDonald.